Se podrían obtener cantidades colosales de litio, un metal vital para el mundo del mañana, a partir de aguas residuales extraídas de un sitio de fracking en Pensilvania.
En un nuevo estudio, científicos del Laboratorio Nacional de Tecnología Energética y la Universidad de Pittsburg descubrieron que entre el 38 y el 40 por ciento de la demanda de litio del país podría obtenerse de las aguas residuales producidas por la fractura hidráulica de rocas en Marcellus Shale de Pensilvania.
La fracturación hidráulica, o fracking, es una técnica para recuperar gas y petróleo de la roca de esquisto explotándola con una mezcla de agua, arena y otros productos químicos. El proceso es muy controvertido, sobre todo porque puede dispersar una gran cantidad de aguas residuales contaminadas en el nivel freático circundante si no se gestiona adecuadamente.
Sin embargo, esta investigación sugiere que las aguas residuales podrían tener algunos beneficios. Los investigadores tomaron muestras del agua al laboratorio y descubrieron que podían extraer litio del agua con más del 90 por ciento de eficiencia.
«Simplemente no sabíamos cuánto había allí», dijo en un comunicado Justin Mackey, autor principal del estudio e investigador del Laboratorio Nacional de Tecnología Energética.
«Ha estado disolviendo rocas durante cientos de millones de años; esencialmente, el agua ha estado extrayendo el subsuelo», explicó Mackey.
El mundo necesita más litio. En un futuro impulsado por baterías, desde los coches eléctricos hasta los teléfonos inteligentes, el metal plateado se ha convertido en uno de los productos más buscados del planeta. Sin embargo, obtenerlo no siempre es fácil. La extracción de litio puede tener un impacto perjudicial para el medio ambiente circundante, así como para las personas y la vida silvestre que viven allí.
Este recurso vital también plantea una serie de cuestiones políticas. Actualmente, la mayor parte del litio del mundo se extrae de estanques de salmuera en Chile, antes de enviarse a China, donde se procesa.
China se ha posicionado como un nodo fundamental en la cadena de suministro global de litio, una posición que a Estados Unidos no le agrada demasiado. Estados Unidos se esfuerza por volverse autosuficiente en litio para 2030 para no tener que depender de importarlo de otros lugares. Junto con esto, la Administración Biden espera desafiar el dominio de China sobre el mercado global de automóviles eléctricos, que normalmente funcionan con baterías de iones de litio.
Si se implementa la tecnología explorada en este último estudio, podría ayudar a acercar un poco más estos objetivos a la realidad.
El estudio se publica en la revista Scientific Reports.