Los materiales radiactivos, también conocidos como radionúclidos, son sustancias químicas en las que el átomo es inestable. A medida que los átomos intentan restablecer el equilibrio, se descomponen y se descomponen, lo que provoca la liberación de energía, conocida como radiación. Pequeñas cantidades de radiación nos rodean, incluso en productos cotidianos como microondas y detectores de humo.
Otros usos incluyen matar gérmenes en los alimentos y ayudar a diagnosticar y tratar ciertas afecciones médicas. Sin embargo, la exposición a grandes cantidades de radiación (por inhalación, absorción o ingestión) puede ser extremadamente dañina.
Material radiactivo potencialmente peligroso «desaparece» unas 100 veces al año en todo el mundo. Podría perderse o ser robado.
1. Iridium-192: Michigan (2023)
Una empresa de inspección en Ohio que realiza pruebas en los campos industrial y energético envió Iridium-192 a una instalación en Michigan. Casi 10 días después, el paquete aún no había llegado.
Si bien el material era radiactivo, la compañía de inspección aseguró al público que usaron precauciones de seguridad para el envío, que incluyeron un embalaje seguro y protector. Alguien habría tenido que abrir el contenedor para acceder al material radiactivo si lo hubiera encontrado.
Poco más de una semana después, se localizó el paquete y se aseguró al público que siempre había estado bajo el control del transportista.
2. Material bomba sucia: Malasia (2018)
En 2018, los materiales para una «bomba sucia» desaparecieron de la parte trasera de una camioneta mientras se transportaba en Malasia, cerca de Kuala Lumpur. El dispositivo que faltaba era una unidad de radiografía industrial utilizada para localizar grietas dentro del metal. Estaba alojado en un gran tubo de metal que pesaba 50 libras.
Este fue otro caso relacionado con Iridium-192. En esta situación, era una cantidad no revelada. Aún así, era preocupante, ya que la cantidad desconocida de este isótopo radiactivo podría causar daños en cuestión de minutos u horas si se manipula. El iridio-192 podría tener efectos fatales en alguien expuesto de cerca durante horas o días. Desafortunadamente, el material nunca fue encontrado.
3. Medidor de suelo: Alabama (2023)
un empleado de una empresa de ingeniería geotécnica olvidó o perdió un dispositivo utilizado para medir la densidad y la humedad del suelo. El Departamento de Salud Pública de Alabama emitió un comunicado público pidiendo ayuda para localizar el dispositivo radiactivo y ofreció una recompensa.
El indicador estaba encerrado de forma segura en una caja, claramente etiquetada como material radiactivo, pero se advirtió al público que no lo tocara. Un miembro del público encontró el dispositivo y se lo devolvió a su legítimo propietario. Y ni la empresa ni el gobierno revelaron los materiales específicos contenidos en el indicador.
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4. Plutonio y Cesio: Texas (2017)
Dos empleados del Laboratorio Nacional del Departamento de Energía de Idaho recogieron materiales nucleares de un laboratorio de investigación en Texas. Trajeron detectores de radiación y pequeñas cantidades de plutonio y cesio para confirmar que estaban recuperando los artículos correctos.
Cuando los empleados pasaron la noche en un hotel en el camino de regreso, (inexplicablemente) dejaron las maletas que contenían los sensores y los materiales radiactivos en su camión. Al día siguiente, encontraron la ventana rota y las maletas robadas. El evento no fue revelado al público por las autoridades. Nadie ha sido arrestado por el robo y los artículos no han sido recuperados.
5. Cápsula radiactiva: Australia (2023)
Cuando un camión que transportaba una cápsula radiactiva del tamaño de un guisante que contenía cesio-137 (cesio-137) llegó a una instalación de almacenamiento en Perth, Australia, la cápsula no estaba. La cápsula se utilizó como medidor de densidad en la industria minera.
Se cree que el hardware que mantiene unido el indicador se aflojó durante el viaje, y la cápsula primero se salió del indicador y luego se cayó de un espacio en el camión. La cápsula fue localizada por las autoridades que registraron un tramo de carretera de casi 900 millas de largo. Encontrada entre guijarros a unos siete pies de la carretera, la cápsula fue verificada utilizando el número de serie impreso en ella.