La durísima historia de vida de Oliver Quiroz, el cronista ganador de un Martín Fierro: un cáncer, discriminación y una crianza triste

El nombre Oliver Quiroz sonó fuerte en el Hilton de Puerto Madero cuando APTRA lo consagró con el Martín Fierro a mejor movilero/cronista. El aplauso fue por su trabajo diario en la calle, pero también por una historia de resiliencia que cruza fronteras y derriba prejuicios.

A los 28 años, el periodista peruano coronó una línea de tiempo hecha de migración, adaptación, bullying y una batalla ganada a un cáncer testicular. Criado por sus abuelos, Mercedes y Felipe, en Reque (Chiclayo, Perú), Oliver llegó a Buenos Aires a los 11 para reencontrarse con sus padres y sus hermanos.

El desembarco no fue amable: la primaria y la secundaria fueron terreno cuesta arriba. “Me decían: ‘Negro’, ‘Chocolatito’”, recordó sobre los apodos que lo marcaron por su acento y el color de su piel. El desarraigo y la extranjería lo empujaron a forjar carácter, pero también a buscar su lugar.

Mientras su familia imaginaba un futuro en Medicina, Oliver se descubrió mirando programas de espectáculos y fantaseando con un micrófono. Probó Economía y Psicología, trabajó de kiosquero y fletero, hasta que se anotó en el Instituto ETER y pagó sus estudios a pulmón.

La tele llegó primero con una pasantía en Radio Late, la creación del personaje “El preguntón”, producción de ciclos y, más tarde, con la pantalla de Mañanísima (Carmen Barbieri). El salto grande sería A la Tarde (América), de Karina Mazzocco, donde su estilo frontal y su olfato para la exclusiva lo volvieron el “movilero estrella”.

En 2021, la vida pateó el tablero: diagnóstico de cáncer testicular. Sin prepaga, en plena pandemia, Oliver se atendió en el Hospital Ramos Mejía y confió en el médico boliviano Wilmer Solís. El miedo lo golpeó de lleno: “Sentí que el mundo se me caía abajo y no sabía cómo hacer para seguir adelante”.

Hubo operación en 15 días, controles, y un gracias con nombre y apellido que no se olvida: “Ese hombre me salvó la vida y quiero agradecerle. Me operó, me sacó los puntos y desapareció”. El tumor era maligno, pero fue detectado a tiempo. Hoy sigue controles anuales y cuenta la historia con alivio y gratitud.

De ahí en más, trabajo, calle y exclusivas. Entrevistas a figuras que no suelen hablar, coberturas sensibles (como la separación de Marina Calabró y Rolando Barbano), notas con Pampita y varias primicias que lo ubicaron en la primera línea de los cronistas de espectáculo. Le ofrecieron panel, pero eligió seguir en la vereda: ahí, dice, está la libertad y el acceso a las mejores historias.

El 29 de septiembre de 2025, APTRA le dio el sí. En una terna compartida con Cecilia Insinga, Daniel Roggiano y Robertito Funes Ugarte, Oliver subió al escenario y, con la voz temblorosa, dejó su frase de película: “Soñé tanto con decir esto y hoy estar acá es un agradecimiento”.